Llegamos al tercer capítulo de la serie en la que analizo, opino y hago propuestas sobre el modelo de ciudad y el modelo urbanístico en L’Hospitalet de Llobregat. En este episodio hablaremos sobre el plan de la porta Sanfeliu.
Seguimos hablando sobre los proyectos urbanísticos que pretenden construir más de 10.000 viviendas nuevas en L’Hospitalet de Llobregat, la ciudad con mayores densidades de población de Europa.
El proyecto de «La porta Sanfeliu»
Seguimos en la zona norte de la ciudad. En el límite con Esplugues de Llobregat encontramos el plan de la «modificació puntual del Pla general metropolità al sector de Sanfeliu de la façana Estronci i Porta Sanfeliu«, o la porta Sanfeliu de aquí en adelante.
Se trata de un proyecto de dimensiones más reducidas que el de Can Rigal, pero que no por ello se libra de los defectos que presentaba ese proyecto hermano.
El proyecto de la porta Sanfeliu consiste en un total de 581 viviendas de nueva construcción que se distribuyen en un total de 16 edificios, 6 de los cuales son torres de gran altura.

Las puertas de la ciudad: Sanfeliu
El proyecto de esta semana está dentro de los calificados como «puertas». Estos, son planes urbanísticos que se sitúan en los límites territoriales de la ciudad y que pretenden ser algo así como «hitos» monumentales que identifiquen que estás entrando en territorio hospitalense.
Esta idea de «entradas» monumentales a la ciudad ya se daba en culturas clásicas como la romana, sólo que aquí pretendemos superar a los anacrónicos «arcos del triunfo» por impresionantes moles de pisos y pisos de hormigón, porque somos más modernos. Yo, sinceramente, ya que nos ponemos a hacer grandes accesos, optaría por hacer algo similar a los Argonath del señor de los anillos, que están igualmente fuera de contexto y de fecha, pero son mucho más épicos, ¡donde va a parar!
Esta es la estrategia básica de esta tipología de proyectos: Generar una fachada monumental y elitista que cambie la imagen de la ciudad a una más supuestamente «cool» y clase-altista, lo que se viene llamando gentrificación.
La puerta norte (cerca de Can Rigal), la puerta Sanfeliu, el PDU de la Gran Via, la plaza Europa, el ARE de la Remonta… Estos proyectos de «puertas» son demasiado abundantes en L’Hospitalet y relegan los problemas reales de la ciudad a un segundo plano.
¿Cómo es el proyecto de la porta Sanfeliu?
El proyecto de porta Sanfeliu plantea la edificación de 16 nuevos bloques de viviendas de las siguientes características:
- 3 torres de vivienda de PB+13 (planta baja más trece plantas piso).
- 3 torres de vivienda de PB+12 (planta baja más doce plantas piso).
- 5 bloques de vivienda de PB+5 (planta baja más cinco plantas piso).
- 5 bloques de vivienda de PB+4 (planta baja más cuatro plantas piso).
En total se plantea la construcción de aproximadamente 60.000 m2 de techo y un total de 581 viviendas de las cuales 286 son de venta con algún tipo de protección y 50 son de alquiler público.
Es de destacar (y agradecer) que en este proyecto existan viviendas de alquiler público, aunque sean muy escasas (sólo 50), ya que son una rareza en las políticas urbanísticas de la ciudad.
A pesar de que L’Hospitalet de Llobregat es uno de los municipios con mayor incremento en el precio de la vivienda y de los precios del alquiler, el gobierno municipal nunca ha optado por medidas de alquiler público para aliviar el problema.

El proyecto plantea que la zona ganará conectividad con el resto de la ciudad gracias a la futura ampliación de la avenida electricidad, que cruzaría sobre el torrente de Can Nyac y uniría el barrio de Sanfeliu con el de Can Serra, aunque no plantea calendarización ni método de ejecución de la misma, su realización queda por lo tanto fuera del alcance del proyecto.
Por lo demás el plan, como viene siendo habitual en los proyectos de esta época realizados por la Agencia de desarrollo Urbano (ADU), plantea una justificación de las necesidades en base a unos números estirados al máximo para maximizar el número de viviendas, los metros edificables y, por ende, los beneficios económicos privados. Todo esto siempre bajo la supuesta premisa del bien común y de la financiación de las supuestas grandes ventajas que tendrá el proyecto para la ciudad sin costar un € a las arcas municipales (pero sí a costa de hipotecar a 30 años a varios centenares de familias).
Pros del proyecto: Todo no va a ser malo
Es verdad que no todo va a ser malo. En este proyecto hay algunas cosas positivas para el barrio de Sanfeliu. Es cierto que la zona donde se está edificando era una zona «desmilitarizada», terreno de nadie y en franca degradación que podía llegar a generar inseguridad y que, sin duda, aislaba a una parte de la ciudad. No es la mejor manera de arreglar esta situación, pero bueno, es una solución.

Por otro lado es cierto que el parque de viviendas de la ciudad está muy envejecido y tiene estándares de calidad muy bajos en general, ya que la gran mayoría de edificación se hizo durante los años 50 y 60 para dar alojamiento masivo a las diferentes olas migratorias. A nadie se le escapa que los controles de calidad y el diseño de la ciudad brillaban por su ausencia. Todo se basaba en salir del paso y sacar el máximo provecho que se pudiese. Así pues, este plan crea nuevas viviendas con un estándar actualizado y de mayor calidad, aunque sea por tener que dar cumplimiento a la nueva normativa del Código técnico de la edificación.
Como ciudadano hospitalense quiero vivir en la ciudad. He buscado vivienda y he visitado muchas fincas, llegando a ver todo tipo de zulos y de infrapisos que nada tienen que ver con lo recogido en la constitución como «vivienda digna». Se agradece ver pisos de obra nueva que tienen otros diseños más adaptados a los tiempos actuales.
Resumiendo lo que considero las ventajas del plan:
- Nuevas viviendas con mejor calidad de diseño y construcción que las existentes en la ciudad.
- El barrio de Sanfeliu gana cohesión y seguridad en una zona desarticulada anteriormente.
¿Entonces? ¿Porqué lo criticas todo?
Pues lo critico porque esas dos supuestas ventajas que podría aportar el plan, en realidad se quedan en nada por los tics irresponsables en los que se basa.
Debo decir antes de nada que aquí no critico para nada el diseño arquitectónico final de los edificios, de los cuales creo que en general tienen buenos diseños y se ajustan a niveles de eficiencia energética bastante aceptables. En ningún momento entro a analizar la estética o el diseño de estos edificios en su vertiente arquitectónica.
Aquí lo que critico es la planificación inicial. Critico los números previos, los cálculos urbanísticos inflados, que hacen que cualquier diseño posterior se sienta hiperhormonado y masificado. Con esos números vinculantes del plan urbanístico, l@s arquitect@s hacen lo que pueden… maravillas sí, milagros ya si eso…

El plan de la porta Sanfeliu es de la misma edad que el proyecto de Can Rigal y que los proyectos del PRAILH. Son todos hijos del mismo plan de construir 10.000 viviendas nuevas en la ciudad nacido a finales de los años 90 y principios de los 2000 bajo criterios influenciados por la burbuja inmobiliaria. Y es que no se pueden pedir peras al olmo.
Crítica 1: No soluciona el problema del acceso a la vivienda ni actualiza el tejido urbano
Cierto es que las competencias en vivienda dependen de la Generalitat por un lado y del estado Español por otro, pero no es menos verdad que los Ayuntamientos tienen algunas herramientas en sus manos. La ordenación urbanística depende en gran medida del consistorio municipal.
También cabe destacar que hay una herramienta muy necesaria que se llama «voluntad política», ya que ésta genera acción y opinión a partes iguales, y en este caso, la voluntad y la sensibilidad política respecto al problema de la vivienda ha brillado y brilla por su ausencia.
Salta a la vista que ningún representante del gobierno municipal ha pasado necesidad ni ha padecido ninguno de los efectos de la precariedad previa a la crisis ni de los efectos posteriores de la misma. Están desconectados del día a día y de la realidad socioeconómica general de la ciudadania, viviendo en una burbuja de clase alta que poco parecido tiene con la realidad de la ciudad y, diría, del país.

El plan «Porta Sanfeliu», según explica en su memoria, pretende intervenir y dar soluciones al acceso a la vivienda digna basándose exclusivamente en el paradigma oferta-demanda. Según esta teoría el precio de la vivienda sube por exceso de demanda y escasez de oferta, pero se obvia por completo el efecto de la especulación, de la distorsión que generan los grandes fondos de inversión y la cuestionable legislación hipotecaria actual.
Es mucho más sencillo pensar en oferta-demanda que enfrentarse al complejo y enrevesado problema real.
La vivienda privada del plan se centra en las rentas altas con precios de más de 350.00€. Las viviendas de protección oficial, con mayor o menor grado de protección, son mayoritariamente de compra y también a precios prohibitivos (por más que estén regulados) para la gran mayoría. Sólo se puede acceder a estos pisos teniendo ya otro en propiedad o con soporte económico familiar externo.
Una persona o una pareja de clase trabajadora lo tiene muy complicado para acceder a una de estas viviendas.
Las viviendas de alquiler público son prácticamente inexistentes, aunque es de agradecer que se hayan previsto al menos 50 de ellas. La gestión pública de las viviendas de alquiler implica mayor complejidad que la venta y por ello el Ayuntamiento rehuye de ellas como de una visita conflictiva.
Por otro lado, no se regenera ni actualiza el parque de vivienda. Los zulos y la infravivienda existente en la ciudad sigue estando ahí, los esfuerzos y los recursos se centran en la obra nueva sin prever actuaciones en las zonas más degradadas de la ciudad.
Crítica 2: Incrementa la escasez de servicios básicos de la ciudad
El proyecto no plantea crear las infraestructuras básicas. La avenida Electricidad no está ni proyectada más allá del PGM y el plan no concreta nada para que se materialice. No se ha hecho ninguna actuación en can serra, ni en ninguna de las áreas afectadas para llevarla a cabo.
Los equipamientos previstos tampoco están definidos mas allá de su superficie. No se prevén ampliaciones concretas de plazas educativas, sanitarias, etc. Esto viene siendo habitual en la totalidad de las ejecuciones urbanísticas de la ciudad.
Crítica 3: Menosprecio a los equipamientos y las zonas verdes
La memoria justifica que la recalificación de equipamiento a residencial es necesaria entre otras cosas, porque durante los últimos años se han hecho muchos nuevos equipamientos y entonces ya no hace falta tanta superficie destinada a ello.
Por otro lado, es curioso que en el proyecto de Can Rigal se compensaran 50.000m2 de zona verde de la ciudad en el municipio de Gavá, pero que en este sector de Sanfeliu, que curiosamente también tiene una superficie de 50.000m2 se plantee edificar y no resituar la zona verde.
No quiero decir con esto que esa fuese la solución ideal, ya que creo que esos 50.000 m2 deberían distribuirse por toda la ciudad, regenerando zonas ya urbanizadas y edificadas, pero como mínimo, resulta en una clara evidencia de la intencionalidad política actual del consistorio. ¡Zonas verdes fuera, que son un gasto!
Además, gran parte de las zonas verdes y espacios libres computados en el papel tienen una dudosa calidad, ya que son espacios residuales que quedan encajonados entre los bloques de 13 plantas.
Crítica 4: Fomenta la cultura del pelotazo
Sí, volvemos a encontrarnos con la cultura del pelotazo. Unos terrenos calificados como equipamiento, con un valor de mercado mucho menore que los de terrenos residenciales.
Terrenos que están en manos de pocos privados, que curiosamente antes del comienzo de la iniciativa pública de recalificación, tienen opciones de compra a terceros.
Se justifica el dar grandes beneficios en aprovechamientos urbanísticos a esos privados diciendo que ese método evita gastos a la administración.
Estos privados además, nos resultan familiares respecto de otros proyectos «pelotazo» como es el caso del PDU de la Gran Via. Grandes propietarios situados en todos los terrenos estratégicos que se van recalificando. Hay que ver qué gran ojo comercial tienen algun@s…
Otra oportunidad perdida
Y es que cada vez que una zona «libre» de la ciudad se densifica y se ocupa sin haberse planteado nada más, se complica la regeneración y el esponjamiento de la ciudad.
La renovación urbana y la redistribución de la densidad demográfica dentro del territorio de la ciudad es una necesidad social, económica y ambiental inaplazable. Las intervenciones en el tejido urbano existente son complejas y exigentes y necesitamos todos los recursos posibles para poder llevar a cabo esa transformación con los objetivos de cero gentrificación y huella ecológica cero.
Necesitamos una ciudad más sana, amable, humana y justa, y proyectos como Porta Sanfeliu no ayudan demasiado a ello.