En este cuarto capítulo de la serie de análisis, opinión y propuesta sobre el modelo de ciudad y urbanístico de L’Hospitalet de Llobregat hablaremos de la zona de Cosme Toda y su entorno, enmarcado dentro del contexto del Plan de Renovación de las Áreas Industriales (PRAILH).
Hoy trataremos el Plan de Renovación de las Áreas Industriales de L’Hospitalet de Llobregat (PRAILH a partir de ahora), el que es sin duda el plan más enfocado a masificar la ciudad con mayores densidades de población de Europa y principal responsable de las más de 10.000 viviendas nuevas que el gobierno municipal pretende embutir con calzador.
El proyecto del PRAILH
El PRAILH es un plan que comenzó a fraguarse a mediados de los años 90 del siglo pasado (casi 30 años atrás en el tiempo desde que escribo este artículo) y que se presentó finalmente el año 2002. Su objetivo era el de «renovar» las áreas industriales de la ciudad para «actualizarlas» en algo más moderno. La traducción de esto básicamente es construir viviendas y hoteles.

El PRAILH nacía en el marco del plan L’Hospitalet 2010 (del año 96) y se fundamentaba en lo desfasado que había quedado el planeamiento de la ciudad reflejado en el PGM (plan general metropolitano del año 76) que cumplía 20 años por aquellos tiempos. Según se justificaba en el nuevo plan, había que modificar sustancialmente al antiguo para responder a las nuevas necesidades de de la ciudad, es decir: CONSTRUIR PISOS Y HOTELES A DOJO.
Sí, supongo que a estas alturas de la saga de artículos ya no le sorprenderá a nadie que el gusto por los pisos apretados y los hoteles de lujo de quienes rigen este consistorio municipal desde hace ya más de 40 años.
A fecha del año 2020, el PRAILH cumple casi 20 años, dejando claro que si el PGM del 76 les parecía obsoleto a los líderes municipales de aquel entonces, cuando rondaba la veintena, el calificativo obsoleto encajaría bastante bien para este «nuevo plan» elaborado en plena burbuja, y desarrollado con mecánicas de las que nos llevaron a la explosión de la crisis inmobiliaria del 2008 y que ni imaginaba la transformación social de los últimos años ni la reciente crisis sanitaria y económica del COVID-19.
¿Podemos decir ya que el PRAILH ha quedado obsoleto?
Además, Cabría en la lógica pensar que «renovar» las zonas industriales significaría sustituir aquellas actividades que ocasionaban problemas de salubridad a la población u otros tipos de molestias ambientales que ya no tuviesen cabida o sentido en el núcleo urbano por otras que aportasen mayor valor añadido. Aquí la lógica era otra, eliminar el tejido industrial de la ciudad y hacer pisos (por lo general de lujo).

Pero todo no va a ser malo. Este plan pretendía alguna cosa coherente, como es el de enlazar con tejido residencial los barrios de Bellvitge y centro que estaban separados por una zona industrial poco dada a facilitar la comunicación de peatones. También el hecho de que se pudiera ganar terreno urbanizado para dotarlo de usos públicos más allá de la actividad privada… pero claro, como en el proyecto de porta Sanfeliu, se fue la mano con la levadura.
¿Y si protestas sobre este plan y pides la paralización del mismo qué sucede? Pues sucede que el consistorio y algunos de sus cargos públicos nada politizados (ironía) defienden a capa y espada que los privados tienen unos derechos y que hay que respetarlos. ¡Se les olvida decir que esos derechos se los hemos dado entre todos! Originalmente esos propietarios privados tenían derechos de uso industrial, mucho menos lucrativo y menos «edificante» que los flamantes derechos obtenidos con la recalificación.
Es evidente que el PRAILH es un plan que ha quedado completamente desfasado en sus propuestas y que seguir ejecutándolo en su planteamiento original es, como poco, irresponsable. Así como en el año 96 cuando se planteó el plan «L’Hospitalet 2010» (de donde nace el PRAILH), necesitamos ahora replantear globalmente la ciudad, para poder implementar en el planeamiento todo lo aprendido estos años e incorporar con gran peso elementos de justicia social, redistribución de la riqueza y sostenibilidad ambiental más allá de planteamientos exclusivamente económicos.
De todas las actuaciones enmarcadas en este plan, hoy nos centramos en la manzana de Cosme Toda y su entorno. Una zona industrial con mucha historia que se queda sin demasiado futuro.

El sector industrial de Cosme Toda
El sector de Cosme Toda es una zona con amplia historia. De campos de cultivo de secano pasaron a ser campos de regadío con la llegada del Canal de la Infanta entre los años 1817 y 1820. El paso del desaparecido canal (convertido en cloaca por los distintos consistorios pre i postdemocráticos) fomentaron la proliferación de industrias como la Tecla Sala y la Cosme Toda a principios del siglo XX.
Cosme Toda: Industria ceramista que construyó medio eixample y dió materia prima a grandes obras modernistas de la época. Una zona que con total seguridad debió ser visitada incluso por el celebre arquitecto Antoni Gaudí en búsqueda de cerámicas requemadas y desechadas para su famosa técnica del «trencadís».
La historia de Cosme Toda es digna de ser estudiada más allá del valor arquitectónico de sus edificios actuales y está repleto de conceptos interesantes: Galerías subterráneas, grandes hornos, historias bélicas, polvorines republicanos, sabotajes, una explosión que hubiese podido hacer desaparecer media ciudad durante la guerra…

Pasando a una época más reciente, la manzana de Cosme Toda continuó con importante actividad industrial y comercial de elementos de construcción. Ya en los años 80 aparecen también distintos locales de Ocio nocturno y juvenil en la zona, aprovechando algunas de las naves industriales. Es de destacar la famosa discoteca Vaya Vaya, un hito de la cultura Pop del ámbito metropolitano, que existió físicamente durante los años 80 y 90 del siglo XX y cuya comunidad sigue activa en redes sociales y en distintas actividades.

Cabe destacar que el sector está situado en una localización muy potente a nivel territorial, con un gran potencial de convertirse en un centro urbano que articule como punto de encuentro todos los barrios de la ciudad una vez se hayan soterrado las vías y creado el intercambiador del transporte público.
El sector también cuenta con importantes elementos patrimoniales protegidos en el Plan de Patrimonio (PEPPA) de L’Hospitalet de Llobregat:
Así como otros elementos sin proteger como los restos soterrados del Canal de la Infanta y posibles restos romanos al ser una zona cercana al trazado de la antigua Via Augusta, entre otras.

En los años 90 se hizo una primera acción urbanística en la zona, sustituyendo el antiguo campo de fútbol por edificios de viviendas en la calle Canigó, así como la construcción de un pequeño parque limítrofe con las vias del tren. Una primera actuación que marcaba, a pequeña escala, lo que se quería hacer en las fincas vecinas.
Con el impulso del planeamiento propuesto por el PRAILH, se puso fecha de caducidad a las actividades industriales de la zona, que poco a poco fue quedando abandonada y convirtiéndose en un foco de insalubridad, inseguridad y problemas para los vecinos de la zona que veían que una zona que había crecido descontroladamente se degradaba aun más.
Sobre la zona sobrevolaron diversas propuestas de urbanización a lo largo de los años con diferentes volumetrías y número de viviendas mucho más bajos que los de los proyectos de urbanización definitivos que se aprobaron a mediados de los 2000
Sin embargo, aun aprobados, con la explosión de la burbuja inmobiliaria la ejecución de estos proyectos quedaron en el aire.
¿Cómo son los proyectos de Cosme Toda?
El sector de Cosme Toda está separado en diferentes planeamientos urbanísticos, en concreto tres:
- El ya ejecutado de la calle Canigó (citado anteriormente).
- El edificio Mistral, una seta que hay que tratar aparte.
- El sector norte (Manzana delimitada por calle Canigó, avinguda de Vilafranca, calle Ventura i Gassol i Avenida de Josep Tarradellas).
- La manzana de Cosme Toda.

Entrando en lo concreto de los planes de edificación nos encontramos que los proyectos de Cosme Toda plantean la construcción de 24 nuevos bloques de viviendas en total. En el sector Cosme Toda se dividen en las siguientes características:
- 4 bloques de vivienda de PB+4 (planta baja más cuatro plantas piso).
- 4 torres de vivienda de PB+13 (planta baja más trece plantas piso).
- 3 bloques de vivienda de PB+8 (planta baja más ocho plantas piso).
- 5 bloques de PB+7 ((planta baja más siete plantas piso) con limitación a 4 plantas en la fachada de calle Canigó.
En el sector norte se dividen en las características detalladas a continuación:
- 4 bloques de vivienda de PB+6 (planta baja más seis) plantas piso.
- 4 torres de vivienda de PB+14+Ático ((planta baja más catorce plantas piso).
- 2 edificios en PB de terciario.
Sumando las dos zonas se plantea la construcción de aproximadamente 125.000 m2 de techo (entre residencial y terciario) y más de 1300 viviendas de las cuales aproximadamente un 30% son de venta con algún tipo de protección (20% protegidas y 10% de precio concertado aproximadamente).
Es de destacar que no existen especificadas viviendas de protección oficial de alquiler, siendo el 100% de la nueva edificación destinada a la venta. Y todo esto a pesar de que L’Hospitalet de Llobregat es uno de los municipios con mayor incremento en el precio de la vivienda y de los precios del alquiler. Si se quiere solucionar el acuciante problema del acceso a la vivienda, el gobierno municipal debería priorizar la petición de regulación en este campo a los gobiernos supramunicipales y a la vez, enfocar en fomentar el parque de viviendas de alquiler público, exprimiendo al máximo las competencias actuales, cosa que no se está haciendo en esta ciudad.
Las viviendas privadas rondan precios estratosféricos inasumibles para la población media de la ciudad, con precios que superan el medio millón de euros en muchos casos.

Los proyectos plantean la creación de nuevos equipamientos, algunos de ellos reclamaciones históricas de la ciudadania: Entre ellos un equipamiento educativo, una residencia de tercera edad (sanitario-asistencial) y equipamientos de uso indeterminado en los edificios patrimoniales. Se repite aquí lo mismo que en el resto de planes urbanísticos comentados: Los equipamientos planteados son necesidades previas a la construcción de las nuevas viviendas, con lo cual, son equipamientos que si llegan a materializarse, nacen ya desbordados ante la masificación ya existente en el barrio y la avalancha de nuevos habitantes.
Respecto a la recuperación pública de elementos patrimoniales, desgraciadamente tenemos demasiada experiencia en qué pasa con esos edificios. Como en Can Trinxet, Godó i Tries, Germans Albert y otros tantos edificios públicos, lo más probable es que se repita la dejación de mantenimiento, sin fecha ni presupuesto para la restauración, usos que suelen acabar en manos de privados por concesiones a 30 años… Poca gestión pública, y mucha desgana respecto al patrimonio y los equipamientos. Por el momento, los trabajos de urbanización ya han tapado bajo grava y hormigón hornos y galerías que ya no se museizarán para el disfrute y conocimiento de la ciudadanía, que sólo podrá consultar la catalogación realizada.
Las zonas verdes que plantea el proyecto, como en la gran mayoría de planteamientos que se hacen en esta ciudad, se convierten en pasillos estrechos entre edificios o en plazas rodeadas de barreras de grandes rascacielos. El entorno de los edificios patrimoniales queda completamente encajonado y cualquier sensación de espacio abierto desaparece ante la masa de tocho y hormigón que concretan los volúmenes de los planteamientos.

Básicamente es un proyecto clásico de la Agencia de desarrollo Urbano (ADU). Techo edificable estirado al máximo legal, zonas verdes y espacios libres al mínimo exigible, masificación del número de viviendas y la variable económica como único fin, dejando a mínimos las variables ambientales, sociales y de participación de la ciudadanía en la configuración de la ciudad. Nada que no hayamos dicho ya en anteriores capítulos.
Un proyecto con muchas sombras
Y es que este proyecto literalmente tiene muchas sombras. La plataforma ciudadana Stop massificació-Salvem Cosme Toda ha encendido la señal de alarma en uno de los aspectos clave de la salubridad de un proyecto: La iluminación del sol.

Es evidente que unos edificios tan grandes arrojarán grandes sombras. Según la própia plataforma, es posible que los volúmenes aprobados no encajen en el cumplimiento del artículo 264 del refundido de las normas urbanísticas del PGM. según dice la plataforma:
«El artículo 264 del Texte Refós d’Urbanime del Pla General Metropolità es aquel que en las nuevas construcciones de edificios (no alineados al vial) exige un asoleamiento (sol directo) mínimo de una hora durante TODOS los días del año.
Para ello se exige un mapa adjunto al proyecto que demuestre que esto se cumple.
Dicho mapa ha de ser del día 21 de Enero, en el que se recojan las horas solares de las 10h a las 14h.EL MAPA DE SOMBRAS ADJUNTO EN EL PROYECTO COSME TODA ESTÁ MAL HECHO, si es por error o intencionadamente, lo desconocemos. Por la posición de las sombras, el mapa adjunto correspondería al mes de AGOSTO o a ABRIL, en ningún caso a ENERO que es cuando la ley lo exige.
La pregunta que nos hacemos es la siguiente:
Si las leyes y las normativas son iguales para todos, ¿se permitirá a las constructoras ejecutar un proyecto cuyos planos de sombras están mal hechos?
¿Acaso el hecho que a los edificios no les de el sol directo en su totalidad como exige el art. 264 no lo hacen un proyecto ilegal?
Al menos en 3 plantas de las nuevas construcciones NO DARÁ EL SOL EN 5 MESES.
¿Se concederá licencia de obra a un proyecto totalmente insostenible?
https://www.facebook.com/watch/?v=926005384466489
En imágenes se pueden observar las sombras adjuntas al proyecto oficial y una recreación informática realizada por técnicos que asesoran a la plataforma. Las diferencias son más que notables.


Otro aspecto un tanto cuestionable del proyecto, aunque ajeno al hecho urbanístico y más achacable a una cuestión de ética o moral, es el hecho de que personas destacadas de la ciudad, con más o menos papel en la concreción de estos planes urbanísticos de pisos de alta gama, de una manera u otra acaben asentándose residencialmente en estos edificios que han ayudado a materializar.
También es extraño contemplar como nuevas generaciones que se enfocan hacia una vida de política profesional, y con responsabilidad orgánica en organizaciones de la ciudad, defiendan a capa y espada este tipo de proyectos anacrónicos y especulativos que generan rechazo en buena parte de la población, y además se dediquen a intentar desprestigiar a movimientos y plataformas ciudadanas LEGÍTIMAS que protestan contra estos planes y proponen otros modelos de ciudad, como por ejemplo citada plataforma Stop massificació – Salvem Cosme Toda.
Se repiten los mismos tics
Bajo la premisa de grandes beneficios como la generación de nuevos espacios públicos verdes, la creación de vivienda protegida que facilite el acceso a la vivienda, la creación de equipamientos y la «recuperación» pública de edificios patrimoniales encontramos los mismos tics y las mismas críticas y reflexiones que ya hice en el artículo anterior sobre porta Sanfeliu y que resumo en:
- En realidad no se soluciona para nada el problema del acceso a la vivienda ni actualiza el tejido urbano. Sólo se gentrifica.
- Se incrementa la escasez (oximorón) de servicios básicos de la ciudad.
- Menosprecio a los equipamientos y las zonas verdes.
- Se fomenta la cultura del pelotazo.
A lo que añadiría el elevado aumento en movilidad contaminante en coche-moto que supone el proyecto por todas las nuevas plazas de aparcamiento que generará, lo que supone un verdadero problema medioambiental. Luego nos repiten como un mantra que el Ayuntamiento lucha por mejorar el medioambiente pero olvidan el lema principal de «Piensa en global, actual en local».
Ciudadania movilizada
Poco más que añadir, que con cada nuevo proyecto masivo ejecutado se complica la regeneración y el esponjamiento de la ciudad. Que se ha perdido otra oportunidad de actuar en zonas urbanísticamente complejas de la ciudad como es la zona de bloques Florida que se encuentra a escasos metros de Cosme Toda.
Que este proyecto en su planteamiento actual nos aleja de los objetivos de cero gentrificación y huella ecológica cero y nos hipoteca el debate y una posible creación de un centro urbano amplio en la zona del intercambiador de la Torrasa y alrededores.
La esperanza está en la ciudadanía movilizada, que reflexione y presione para cambiar el modelo de ciudad hacia uno verde, sostenible y socialmente justo que potencie los equipamientos públicos de proximidad y la distribución de la riqueza. Porque otro L’Hospitalet de Llobregat no es solo posible si no imprescindible.